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jueves, mayo 17
ABUELITO LUIS por:Hugo Espino
El camino despacio
Hay vejez, como me das miedo, en ocasiones das inquietud, pero por lo regular es miedo lo que siento al pensar en ti, no es fácil pensar que algún día tendrás que ocupar un espacio que tiempo atrás lo tenia apartado para otras actividades, sin embargo sería inútil hacer como que no existes o intentar aplazar tu llegada.
Hace unos días antes de despertar, aún con mi corazón en un sueño pero con el cerebro en el reloj, recordé aquel momento de mi niñez en el que trepado en un árbol observaba a mi Abue Don Luis sentado en una piedra de gran tamaño leyendo un periódico, aquel momento me atrapo, recuerdo haber pensado:
- Me gustaría ser como el, sentarme en esa piedra y leer, no importa que este grande.
Ayer antes de pasar al trabajo me compre un periódico, me fui al parque y trate de ubicar la piedra, desde abajo todo es mas complejo sabe, así que me trepe al árbol, logre atraer un par de miradas de personas que deambulaban cerca, pero era necesario hacerlo, por fin, la reconocí.
- ¿Que hace una piedra tantos años en el mismo lugar? – trate de reflexionar a pesar de que sabía la respuesta.
- Espera, esta ahí por que espera – me conteste a mi mismo.
Baje del árbol no con la misma agilidad de aquellos entonces pero si con mas diversión, camine despacio hasta la roca sin quitarle la vista de encima, suspire con tanta fuerza que me dio la impresión de haberla movido un poco, me senté sobre ella sin soltar mi periódico al mismo tiempo que una sensación de alivio invadía mi cuerpo.
Me quede inmóvil algunos minutos recordando lo feliz que me hacia estar con mi abue, las tantas veces que recorrimos ese jardín juntos, si claro, lloré, ahí donde me ve también lloro.
Abrí el periódico y comencé a leerlo con ganas de nunca terminar, sin importarme el tener un horario de oficina, una responsabilidad, sin importar los pendientes que son tan poco importantes como indispensables.
¿Ha leído con los ojos nublados por las lagrimas? Pues ese día comprobé que es posible, las cosas se ven más borrosas pero se entiende mejor.
Los minutos pasaban lentos hasta acumular los suficientes como para merecer falta ese día, opte por parar, cerré el periódico, lo doble lentamente y me puse en pie, voltee al árbol y repetí las palabras que me dijera Don Luis hace años en ese mismo sitio:
- No andes tan aprisa
En aquel momento no sabía si era por que estaba bajando o subiendo demasiado rápido, ahora se a que se refería.
He caminado mis senderos demasiado rápido, apresure los tiempos, creí que vivir mucho sería vivir mejor, no le di opción a la reflexión, al análisis, todo fue rápido, pero fue por que así lo quise. Hoy que he comprendido aquellas palabras, la vida se torna mas interesante, hoy no voy de prisa, hoy no quiero saber mucho en poco tiempo, hoy quiero ver adelante sin temor de lo que pase atrás.
Me quiero sentar en una piedra, si es posible en la misma piedra que lo hizo Don Luis, ver hacia arriba y decirle a alguien:
-Hey mira no andes tan aprisa.
Dedicado al hombre con manos cansadas que supo andar despacio, que en ese andar ha dejado huellas que hoy seguimos, que nos dio la oportunidad de conocer el amor, la lealtad, la honestidad, la unión.
Te Amo Don Luis… Mi abue
Hugo Espino González…
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